Todas las semanas horneo un bizcocho. Para mi el desayuno es la comida más importante del día y soy incapaz de salir a la puerta de la calle con sólo un café bebido como hacen millones de españoles. Unos días desayuno salado, otros dulce. Y los días que toca bizcocho son especiales. Me gusta desayunar sola, en la cocina, aprovechando esos minutos de tranquilidad antes de que se levante la fiera. Paladeando el café con leche mientras voy mojando despacio el bizcocho de turno.
Esta semana me apetecía algo contundente, cerealoso y con mucho sabor. Buscando por la red encontré una receta en el blog Secocina que me pareció interesante. El problema es que yo no tenía almendra molida en ese momento, así que la substituí por espelta para añadir un cereal más al computo. El resultado, impresionante. Un bizcocho contundente en sabor pero esponjoso en textura. Una delicia saborear esa panoplia de cereales inacabable. Os lo recomiendo si os gustan los bizcochos integrales.